miércoles, 23 de octubre de 2013

Miedo, todo se reduce al miedo

Por @danischiaffino

Y llegó el día que tanto esperaba, pero que a medida que se acercaba me consumía el miedo.

El día de sentarnos, mirarnos a los ojos y decir lo que sentíamos…Yo iba decidida, tenía en mi mente todo lo que quería decir. Desde el día uno que cambió, supe que no había vuelta al tema. Mis amigas me decían que no fuera exagerada, que lo escuchara y que no tomara ninguna decisión apresurada, pero yo sabía que esto no era una conversación para terminar revolcándonos. Cuando iba manejando a su casa debo reconocer que una pequeña e íntima parte de mí quería que esto no fuera el fin.

Me estacioné, respiré profundo y partí. Me abrió la puerta, lo miré y mi cuerpo se paró, su mirada, su cuerpo, su cara… todo había cambiado, ya no era el hombre que yo había conocido y al cual había comenzado a querer. Me sentí extraña, distante y con ganas de salir lo antes posible de ahí.

Hice caso, me senté a escuchar, pero él ya tenía su decisión tomada… no me había extrañado en los últimos días y con esos sentimientos no se podía proyectar conmigo.

Frente a eso, no pude hablar…solo quería salir corriendo de ahí. Lo miré y le dije ok, lo que me hiciste pasar estos días no fue justo, no me lo merecía. Pero bueno no hay nada más que hablar...

Salí sin mirar atrás.

Pensé que iba a llorar, pero no fue así, salí aliviada y tranquila de que esto se había acabado y que había sido rápido. Odio las terminadas largas y cebollentas. ¿Para que estamos con cosas? si no es no es, simple, corta.

Pasaron los días y nada, aún no entendía, también mi pega fue un factor importante, me ocupa mi tiempo y mente, por lo que en la semana no se permite sentir nostalgia ni nada.

Llegó el fin de semana y uff llegó el lagrimón! sabía que iba a llegar ese momento.

Pare un segundo y me vino todo… miles de sentimientos, pero estaba tranquila. Con los días he podido aclarar mi mente, mis emociones y he analizado un poco lo ocurrido.

Desde el día uno fui yo, sin estrategias y él lo sabía, siempre dispuesta a todo, podía estar echa mierda, pero me daba el ánimo de ir a verlo. Yo estaba cansada, 2 semanas antes de esto, me cuestioné si quería seguir o no… pero no porque no lo quisiera o porque no lo extrañara, con mi rutina no tengo tiempo de extrañar al otro, por lo que eso no es un indicio de querer terminar.

Tampoco fue por proyección, en tan poco tiempo no puedo proyectarme con alguien, recién estaba comenzando a quererlo, no es posible llegar a enamorarme en ese corto trayecto.

Simplemente fue miedo… todo iba muy rápido, nos asustamos, eso fue. El maldito miedo, de no querer seguir porque el dolor más adelante podría haber sido más grande.

Pero me dolió, me dolió porque fui buena mujer, fui transparente, quizás demasiado transparente. Si sentía algo lo decía, no me protegí, no me cuidé. Una vez más pensé que todos los seres humanos somos así, leales, respetuosos, que iba a haber un cuidado y protección mutua, y no fue así.

Por otro lado estoy tranquila porque entregué todo lo que podía entregar, no quedé con la sensación del ¿Y si hubiese hecho esto? ¿O si le hubiese dicho tal cosa? ¡No! Hice lo que sentía y fui de una línea.

¿Lo echo de menos?

No… aún no, es reciente, puede que más adelante sí lo extrañe, como puede que no y lo olvide.

El cariño no se va en un par de días, sé que los dos pensamos el uno en el otro a lo largo de nuestro día o en la noche cuando estamos solos.

Sé que el miedo nos jugó una mala pasada. Aún no tengo la seguridad de que tomamos la decisión correcta.

Solo espero que tanto él como yo estemos tranquilos con lo que pasó.

Por mi parte me quedo con lo bueno, con haberlo conocido, con los momentos de risas, las comidas bien conversadas, los regaloneos, las series que vimos echados comiendo chocolate. Con eso me quedo, el resto mejor olvidar, no vale la pena.

Tiempo al tiempo…


De todo se aprende, la próxima vez me cuidaré más, me dan y yo doy. Debo dejar de ser ingenua y soñadora, no todas las personas son como yo. Eso tengo que grabarlo en mi cabeza.

2 comentarios:

  1. Estamos todos cagados de susto, así está la cosa. Pero amiga, le digo de corazón, la adultez trae consigo esa necesidad de seguridad, ahora para seguir jóvenes también uno tiene que dejarse llevar. Ok no del todo, pero sí, un poquito.

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  2. Ufff es complicado llegar a la estabilidad entre ambas cosas...sigo creyendo que cuando llega la persona todo fluye, sale natural y tu mente deja de pajearse. Este no era noma.

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